Bovo: pero de Bobo ¡Ni un Pelo!

Bovo: pero de Bobo ¡Ni un Pelo!. “Ay qué bobo, qué bobo, cobra sin trabajar… se puso un retiro, y lo hizo sin avisar”

Así podría sonar el nuevo hit en las calles de Hialeah, donde la última jugada del alcalde Esteban Bovo Jr. ha dejado a más de uno con la boca abierta y el bolsillo vacío. Pero tranquilos, porque el que está muy lleno… es el de él.

La Despedida de Bovo: Lágrimas… ¿o cálculo?

En un video que circuló por redes sociales, el ahora exalcalde Esteban Bovo Jr. anunció su retiro con una emotiva —y cuidadosamente ensayada— despedida. Con voz quebrada, mirada melancólica y tono pausado, Bovo habló de “servicio público”, “familia” y “gratitud”.

Pero lo que no dijo entre mirada melancolica fue esto: que mientras hablaba de sacrificio, ya tenía firmado un retiro retroactivo de más de miles de dolares anuales.

Muchos en Hialeah lo vieron y dijeron: “¡Casi lloro también… pero de la rabia!”

Porque mientras el video intentaba pintar una escena de humildad y honor, los documentos internos mostraban otra historia: la de un político que se fue asegurando primero el bolsillo antes que el aplauso.

La jugada maestra del “no tan bobo”

El 7 de abril de 2025, Esteban Bovo Jr. anunció su retiro como alcalde de Hialeah, citando razones familiares. Pero mientras con una mano escribía palabras de agradecimiento y sacrificio, con la otra ya tenía firmada una jugosa recompensa: un pago retroactivo de $44,594.12 por beneficios de jubilación acumulados desde noviembre de 2021 hasta marzo de 2025.

Sí, leíste bien. Retroactivo. Con precisión quirúrgica. Y sin sonrojarse.

Pero eso no es todo.

De acuerdo con la carta del 12 de marzo firmada por la División de Retiro de la ciudad, Bovo se aseguró que su nuevo estatus de “retirado con beneficios” no le impida recibir salarios o cargos nuevos si decide regresar con otro sombrero político. ¿Un doble sueldo disfrazado? No sería el primero… ni el último en Miami-Dade.

$190,000 al año: el retiro de los sueños (para él)

En documentos adicionales se muestra cómo Bovo, con el aval del Consejo de la Ciudad, se autoasignó un retiro vitalicio con salario que supera los $190,000 anuales, sumado a beneficios. Todo esto sin una votación abierta a la ciudadanía, sin consulta pública y aplicado retroactivamente.

Con razón dicen que el que no llora, no mama… pero en este caso, Bovo ni lloró: redactó, firmó y cobró.

Bovo de nombre, pero de bobo no tiene un pelo

Muchos en Hialeah juegan con su apellido diciendo “Bovo, pero de bobo no tiene nada”. Y es que hay que ser muy astuto (o muy audaz) para maniobrar de esta forma un sistema público diseñado —en teoría— para servir a la comunidad, no para servirse de ella.

Mientras tanto, las calles de Hialeah siguen necesitando repavimentación, los parques esperan mantenimiento y muchos empleados municipales no han visto aumentos reales en años.

Pero el alcalde saliente se asegura una jubilación de lujo. ¿Y el pueblo? Que siga esperando.

🧾 Resumen de la movida:

¿Quién paga este retiro de por vida?

Mientras el exalcalde Esteban Bovo asegura para sí un ingreso anual de más de $190,000 dólares, la verdadera pregunta no es cuánto… sino quién lo paga.

La respuesta es simple pero dolorosa:
Tú. Yo. Nosotros. Los contribuyentes de Hialeah.

A través del fondo de retiro municipal, alimentado por los impuestos locales, los residentes —incluyendo trabajadores que apenas sobreviven con salarios mínimos— están financiando un retiro retroactivo, vitalicio y aprobado entre bambalinas.

Y mientras los ciudadanos esperan mejoras en servicios públicos, parques, infraestructura o salarios dignos para empleados municipales…
👉 el que firmó su propia jubilación dorada se va con la maleta llena.

La canción del retiro: “Bobo no soy”

“Bovo me llamo, pero bobo no soy,
firmé mi retiro, sin decir ni adiós.
Mientras tú trabajas, yo ya me fui,
y el cheque de oro ya lo cobré aquí.”

Ay compay… en Hialeah se firmó un retiro sabroso…
¡Y fue retroactivo, chico!

En la ciudad del sol y la palma,
Bovo firmó con mucha calma,
una carta bien bonita,
donde dice que se va…
Pero antes de dar la vuelta,
ya cobraba su platita,
¡y nos dejó la cuentita
que el pueblo va a pagar!

Bovo no es bobo, ¡bobo no es!
Se fue cobrando, y sin estrés.
Bovo no es bobo, ¡bobo no es!
Y el cheque gordo se lo echó a los pies.

Dice que es por su familia,
por amor y por su hogar,
pero en la misma jugada,
se aseguró el bienestar.
Más de ciento noventa mil,
cada año a medio trabajar,
¡ah, qué clase de jugada!
Ni en la Lotería Nacional.

Bovo no es bobo, ¡bobo no es!
Pero al pueblo le metió el revés.
Bovo no es bobo, ¡bobo no es!
Dice adiós… pero con el interés.
Bovo no es bobo, ¡bobo no es!
Cobra doble si quiere volver, ¡mira qué nivel!

«Si tú quieres ser alcalde, estudia la jugada…
firma calladito y vete con la tajada…”

Bovo no es bobo, ¡bobo no es!
¡Cobró y se fue, cobrando bien!
Bovo no es bobo, ¡bobo no es!
De tonto, compay… ¡ni un pesito es!

¿Y ahora qué?

El pueblo de Hialeah merece transparencia, ética y responsabilidad. Esta maniobra, aunque legal según las ordenanzas internas, es una burla moral para los contribuyentes.

¿Se reformará este sistema? ¿O seguirán otros “no tan bobos” el mismo camino?

La historia sigue, pero el retiro de Bovo ya es una realidad… pagada por ti.

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